Saint-Florent, en Córcega, es un lugar encantador con una variedad de actividades que disfrutar. Explorar el Casco Antiguo es fundamental. Sus calles estrechas y empedradas ofrecen una atmósfera auténtica y están llenas de pequeñas tiendas y cafés acogedores. Visitar la Catedral de Santa María Asunta, un monumento histórico, permite apreciar la arquitectura románica y conocer algo de la historia local.
La región es conocida por sus hermosas playas, por lo que disfrutar de un día en Plage de la Roya es una buena opción. Aquí se puede nadar en sus aguas cristalinas o simplemente relajarse al sol. También es recomendable realizar excursiones en barco para conocer el Golfo de Saint-Florent y las playas aisladas de Loto y Saleccia, que son accesibles solo por mar o vehículo todoterreno.
Para los amantes del vino, visitar los viñedos del Nebbio es imprescindible. Degustar vinos locales y aprender sobre su producción es una experiencia enriquecedora. Por otro lado, practicar deportes acuáticos en el golfo, como el kayak o la vela, añade un toque de aventura. Finalmente, explorar el Desierto de los Agriates a pie o en bicicleta es anhelado por aquellos que disfrutan de los paisajes naturales y buscan una salida al aire libre pintoresca.