La Île de Port-Cros, parte del Parque Nacional de Port-Cros, es un destino ideal para aquellos que buscan naturaleza y tranquilidad. Una de las actividades más recomendadas es el senderismo. Existen varios senderos bien marcados que permiten explorar la rica biodiversidad de la isla, incluyendo su rica flora y fauna. El recorrido a través de estos caminos ofrece vistas espectaculares del mar Mediterráneo y sus acantilados.
El buceo es otra experiencia destacada en la isla. Las aguas cristalinas que rodean Port-Cros son conocidas por su vida marina. Los visitantes pueden observar una variedad de especies, desde coloridos peces hasta fascinantes formaciones de corales, lo que hace del buceo una actividad popular entre los aficionados al submarinismo.
Además, la observación de aves tiene un lugar privilegiado en la isla. Port-Cros alberga diversas especies de aves, y los ornitólogos y amantes de la naturaleza podrán disfrutar de la observación durante sus paseos. El entorno tranquilo hace de esta actividad un placer para quienes buscan desconectar del bullicio habitual.
La historia de la isla es igualmente cautivadora. Los restos de antiguas fortificaciones y los pequeños pueblos de pescadores son testigos de su pasado. A menudo, las visitas guiadas ofrecen información valiosa sobre la historia y la cultura local.
Por último, no se puede olvidar el disfrute de la gastronomía local. Los restaurantes de la isla ofrecen platos típicos de la región, donde los mariscos y los productos frescos son protagonistas. Degustar la cocina local es una forma excelente de completar la experiencia en este hermoso rincón de Francia.