Braşov, situada en el corazón de Rumania, ofrece una variedad de actividades interesantes para los visitantes. Un paseo por el Casco Antiguo es esencial, ya que sus calles estrechas y arquitectura gótica transportan a los turistas a tiempos pasados. La Iglesia Negra, una imponente edificación de estilo gótico, es uno de los puntos de interés más destacados. Subir al Monte Tâmpa proporciona unas vistas panorámicas impresionantes de la ciudad y sus alrededores. Para quienes disfrutan de la naturaleza, una visita al Parque Natural de Piatra Craiului ofrece senderos que muestran la belleza de los Cárpatos. Una caminata por la Puerta de Schei y la Puerta de Catalina permite descubrir más sobre la historia de la ciudad. Además, el Castillo de Bran, aunque no está directamente en Braşov, es accesible en un corto viaje y ofrece una visión intrigante de la leyenda de Drácula. Estas experiencias permiten conocer tanto la rica historia como la belleza natural que Braşov tiene para ofrecer.